Cuatro paredes carceleras de un
cuarto monocromo, aprisionan
mis ideas, cual serpiente constrictora
apretando a su presa que continuación
engullirá.
Y es en este claustro en donde
atormentado suelo pensar.
Pensar en como me siento.
Pensar en como seguir.
Pensar en como vivir.
Pensar en como salir.
Porque auto condenado estoy,
presa de mi mismo soy,
engullido por esta mente
propia de un ser indiferente
de fríos sentimientos.
Y es que he tragado las llaves de las
cadenas que me envuelven.
Y es que he olvidado la combinación
de los candados de las puertas
que me encierran.
Mi visión ha sido reducida a una
ínfima ventana de barrotes,
por donde se cuela una luz
de esperanza.
Y esa será mi punto de partida.
Y esa será la ruta de mi huida.
Esa luz me muestra el claro del día.
Esa luz me muestra el inicio de una
nueva vida.
Esa luz será la llave de mis ataduras
y el código de mis candados.
Esa luz me liberará y me llevará
a todos lados.
Resplandor incandescente de
aquella luz naciente.
Ahora tengo ideas para andar,
ahora solo queda luchar.
J.C.C.I.
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