martes, 24 de noviembre de 2009

Quiero VIVIR

Aún puedo ver la luz allá arriba, creo estar tan cerca pero aún estirando los brazos no logro alcanzarla.
Tal vez un impulso bastaría, pero estoy atado a una roca y aunque he luchado con todas mis fuerzas, no he podido zafarme de ella.
No pesaba tanto antes, me sentí tan cómodo aquí sumergido que no le preste atención, simplemente la ignoré y me dediqué a mirar hacia arriba, a mirar la facilidad con que las burbujas subían, cuan turbia se ponía el agua por días, cuan fuertes y frías se tornaban a veces las corrientes.
Seguí ahí, en lo profundo de un océano que yo mismo ayudé a construir. Nunca intenté nadar ni flotar, solo me aventé.

No sé si deba salir a flote, no se si deba seguir intentando romper la cuerda que me ata a esta roca. Esta que va creciendo con el desvanecimiento de mi esperanza, de mis fuerzas y mis ganas.

No sé si quiero salir de aquí, ya no me siento capaz de usar mis pulmones nuevamente. Pero ya comienzo a sentir esa presión insoportable en el pecho, esa intolerable frialdad en mi piel y esa ansiada necesidad de caminar.
Quiero caminar otra vez, quiero ver mis huellas al pasar, quiero sentir el viento en mi cara al avanzar.
Quiero RESPIRAR.

Quiero que esa luz, que veo desde aquí me envuelva en su calor y me estremezca.
Quiero SENTIR.

No creo haber tenido esta sensación desde hacía mucho tiempo, pero creo que puedo sentir nuevamente mi corazón latir. Creo percibir que en mi un halo de esperanza comienza a surgir, que mi fuerza de voluntad a dejado de sucumbir, siento que comienzo a subir.
Cada vez se hace más intenso el brillo de la luz, el agua se ha ido tornando cada vez más cálida.
Quiero VIVIR.

J.C.C.I.