lunes, 3 de agosto de 2009

Lo que escribo

No se cómo escribir, no se cómo describir mi sentir,
no se si lo que escribo describe lo que pienso ni
mucho menos se acerque con claridad a lo que vivo.

Solo recuerdo el humo, ese asfixiante humo y la
música ensordecedora y abrumante, que llegaban
a ser desesperantes, pero mis deseos lo anhelaban,
me hacían sentir como en un cuento de hadas,
por le alcohol que fluía por mis venas, ese que
se confabula con la luna llena.

Deseoso de esa confusión, de esa extraña desesperación
de hablar, de contar, que no se hasta que punto pueda llegar.
Emoción, excitación, exaltación, pero que terminan
en descontrol.

Como un animal hambriento frente a su presa,
al que solo alumbra la luna llena. Un anormal y desigual,
sólo como alguien que no puede pronunciar verdad y que
solo a la luz de la luna con ese fermentado que es su cura,
puede revelar lo que hay detrás de esa cortina oscura.

Y es que ya no basta lo que uno desee, sin ese fermentado
ese ser no aparece.
Qué será de ti, qué será de mí, qué será; sin ese elixir
es como no existir.

No se cómo escribir, no se como describir mi sentir,
no se si lo que escribo describe lo que pienso ni
mucho menos se acerque con claridad a lo que vivo.

Pero aún sigue en mi vivo lo que escribo.

J.C.C.I.

Somnolientos y durmientes

Una noche más frente a la ventana que
la luz de luna alumbra con gran intensidad.
Una noche más en que el aire frío de
la noche se funde con los sonidos de la nocturnidad,
donde las pesadillas y sueños de todos los
somnolientos y durmientes gritan sus deseos
inconscientes al unísono.

Una noche más en que las risas y la música
flotan lentamente ascendiendo, con el humo
del tabaco, a las profundidades del inconsciente
de los somnolientos y durmientes que gritan sus deseos
desesperadamente.

Y esa ventana iluminada es la barrera que
traduce todos esos sonidos, olores y ruidos.
Y esa ventana está frente a un extraño desentendido,
que no logra realmente escuchar los ruidos,
que simplemente ha cubierto sus oídos.

Es una noche más frente a la ventana iluminada.

J.C.C.I.

Una diosa todo poderosa pero mortal

Una lágrima recorre tu mejilla diosa,
una sonrisa adorna tu cara hermosa,
tus manos rojas de pasión aún sienten el dolor.

No hay barrera que no hayas derribado,
ni valla que no hayas superado,
pero el tiempo en tu cuerpo su huella a dejado,
ciertas esperanzas e ilusiones han quebrado,
frustraciones que día a día te ha enrostrado.
Tú seguiste diosa, lo ocultaste bien y seguiste la lucha.
Vimos tu poder, tu infinito poder.
Ofreciste tu inmortalidad por no dejarnos caer.

Una lágrima se ha secado recorriendo tu mejilla,
una sonrisa que el mar en brisa elevará al cielo
algún día.
Y cada luz de esperanza y sueños, pintados en
la oscuridad del cielo, están dedicados a ti.
A una diosa todo poderosa pero mortal.



J.C.C.I.

ESCRITOR DEL BALCON

Aquel que perdió el rumbo en busca de un sueño trasformado en pesadilla,
de la cual no pudo despertar,
ante la cual sucumbió,
ante la cual se rindió.

Y sigues ahí,
oculto en la oscuridad,
donde no hay qué experimentar,
donde te ahogaras,
donde tus ideas morirán.

Oh escritor del bacón,
sal ya de tu habitación,
despierta ya de tu pesado terror.

Despierta ya, ya, ya.


J.C.C.I.