No se cómo escribir, no se cómo describir mi sentir,
no se si lo que escribo describe lo que pienso ni
mucho menos se acerque con claridad a lo que vivo.
Solo recuerdo el humo, ese asfixiante humo y la
música ensordecedora y abrumante, que llegaban
a ser desesperantes, pero mis deseos lo anhelaban,
me hacían sentir como en un cuento de hadas,
por le alcohol que fluía por mis venas, ese que
se confabula con la luna llena.
Deseoso de esa confusión, de esa extraña desesperación
de hablar, de contar, que no se hasta que punto pueda llegar.
Emoción, excitación, exaltación, pero que terminan
en descontrol.
Como un animal hambriento frente a su presa,
al que solo alumbra la luna llena. Un anormal y desigual,
sólo como alguien que no puede pronunciar verdad y que
solo a la luz de la luna con ese fermentado que es su cura,
puede revelar lo que hay detrás de esa cortina oscura.
Y es que ya no basta lo que uno desee, sin ese fermentado
ese ser no aparece.
Qué será de ti, qué será de mí, qué será; sin ese elixir
es como no existir.
No se cómo escribir, no se como describir mi sentir,
no se si lo que escribo describe lo que pienso ni
mucho menos se acerque con claridad a lo que vivo.
Pero aún sigue en mi vivo lo que escribo.
J.C.C.I.
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