Mis rodillas se doblaron ante tu sonrisa
y mi sonrisa se perdió por tus lágrimas
y mis lágrimas se evaporaron con tu victoria.
Y fue al ver tus ojos que por fin me sentí completo
y fue al entrar en ellos cuando me sentí vivo.
Tus ojos amazónicos me envolvieron en su maraña y me atraparon,
me sumergieron y me perdí en ellos.
Y ahora sigo ahí,
perdido en tus ojos amazónicos.
J.C.C.I.
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